JUNIO 2015
BECEITE
ELS PORTS Y MATARRAÑA
11-06-2015
UN POQUITO DE SENDERISMO PARA ABRIR BOCA
Son las 4 de la
tarde pasadas ya, y decidimos hacer la pequeña excursión típica de todo el que
llega hasta Beceite. Acercarnos hasta la zona del Parrisal y un poquito más
allá hasta Els Estrets.
Salimos andando
desde el mismo pueblo por la pista asfaltada que sube por el margen izquierdo
del río Matarraña, para ir disfrutando con las vistas de su hermosa ribera.
Pasamos la zona
de baños, formada por una piscina “natural” muy atractiva, y después la zona de
gradas y pequeños saltos.
Pasamos por delante del Mas de Lluvia, una
masía en colocada en un lugar encantador.
Cuando llegamos al Parrisal ya han transcurrido
más de 2 horas y media, pues paseamos tranquilos y tomando fotos y vídeos
continuamente. Después del Parrisal la pista se convierte en sendero, y ahora
viene el tramo paisajísticamente más espectacular.
El sendero va
cambiando de orilla constantemente, atravesando estrechos pasos, pero siempre
muy bien conservados. Hay pasarelas, troncos, puentes colgantes, etc..
El final, algo
más de un kilómetro antes de llegar a Els Estrets, es algo más complicado, ya que se acaban las
ayudas y hay que ir saltando entre las rocas, pero vale la pena sin ninguna
duda.
La
vuelta la tuvimos que hacer a marchas
forzadas, pues comenzó a llover y además se nos acababa la luz del día, ya
que comenzamos a bajar cuando eran ya pasadas las 8 de la tarde, y nos quedaban
algo más de 10 quilómetros hasta Beceite.
12-06-2015
BECEITE – ARNES – ESTRETS D’ARNES – CARO –
BECEITE
Salimos
de Beceite cuando ya están pasadas las 8:00 de la mañana. Luce el sol y hace
una temperatura estupenda para rodar en bicicleta.
Iniciamos
la ruta subiendo por la pista asfaltada
que va enlazando masías subiendo por el curso del río Ulldemó en dirección
Arnes.
Pasados
los primeros 3 kilómetros el río se desvía hacia el este, buscando la sierra, y
nosotros continuamos hacia el norte por el barranco del Coll d’en Selma que nos
espera a unos 3 kilómetros y 100 metros por encima de nosotros. La pista es muy
buena.
Bajando
del Coll d’en Selma atravesamos el curso del Riu d’Algars. En este punto, vale
la pena detenerse un momento y mirar hacia el sur donde se alzan majestuosas
las inmensas moles de piedra del Tossal del Vidre y el pico de Peñagalera.
Unos
7 kilómetros más por buena pista hasta llegar al pueblo de Arnes, cruzando
campos de olivos y avellanos.
En
estos escasos 14 km. que hemos recorrido desde que iniciamos la ruta en
Beceite, hemos pasado por muy diversos tipos de paisaje y terreno. Ahora
estamos atravesando estrechos pasos entre montañas rocosas y minutos después
atravesamos llanos de olivares. Es desconcertante, pero también espectacular.
Atravesamos
el casco antiguo de Arnes, y salimos en dirección este, hacia el estrecho
pasaje entre las Moles dels Viernets y
las Roques del Duc, el espectacular paso de Els Estrets d’Arnes. Sólo por
visitar este impresionante lugar estará justificada la ruta de hoy.
El
Riu dels Estrets serpentea entre las altísimas paredes de piedra, deslizándose
en suave pendiente por una base de piedra maciza en la que ha ido dejando su
marca con el paso del tiempo. Durante millones de años el agua ha ido
suavizando la piedra, conformando un laberinto maravilloso.
Subimos pedaleando por la senda, muy bien conservada,
del margen izquierdo. Observados desde más alto que las paredes de piedra por
un grupo de buitres que vuelan en círculo, seguramente atraídos por el cadáver
de algún animal accidentado entre las rocas altas.
En
las paredes de nuestra derecha dos cordadas de escaladores se pueden ver como
pequeñísimas manchas de colores enganchadas a mucha altura en la roca rojiza,
mientras una cabra salvaje les observa curiosa desde un saliente a su misma
altura.
Un
par de kilómetros después, el estrecho paso se va ensanchando, y atravesamos el
río para seguir subiendo por su margen derecha, hasta la zona de picnic del Mas
de la Franqueta. Aquí nos desviamos a la derecha por la pista del Barranco de Closetes, que sube
durante más de 4 kilómetros desde los
560 metros donde estamos ahora hasta los 900 metros del Coll de Miralles.
La
pista sigue subiendo, y unos 500 metros después atravesamos el Barranco de Les
Tosques, en el punto donde cae por una pared de vertical negativa de más de 50
metros.
Por
encima de esta pared la pista se acaba, y comienza un sendero de fortísima
pendiente que nos obliga a cargar con las bicis durante más de kilómetro y
medio, atravesando una zona muy boscosa y húmeda. Este sendero no ha sido
horadado por la mano del hombre, sino por la del agua de lluvia, que formando
torrenteras desentierra las piedras y nos marca el camino. Físicamente será la
hora más dura de toda la jornada.
Acabamos
de subir, ya por buen camino, hasta el Pla de Centelles, una meseta a casi 1200
metros de altitud. Por un momento no damos crédito a nuestros ojos. Pasamos sin
trámite ninguno de estar atravesando bosques cerradísimos, a contemplar una
planicie inmensa donde pasta una manada de vacas, y muy a lo lejos ya vemos las
cumbres del Caro.
Atravesaremos
este llano y el siguiente, el Clot de la Foia, a buena velocidad, y bajamos
unos cuatro kilómetros por el GR-7 y el Camino de la Solana hasta el barranco de
la Vall de La Figuera, para subir durante un par de kilómetros más hasta la
zona de Caro.
Comemos
en el restaurant Pous de Neu, un menú estupendo y un trato perfecto.
A
las 4 de la tarde salimos de Caro, con la lluvia pisándonos los talones. Tanto
que no habíamos recorrido ni quinientos metros cuando tuvimos que parar a
refugiarnos entre los abetos de un chubasco que arreciaba por momentos. La
tormenta no cesaba, y los abetos dejaron de ser protección cuando sus ramas se
convirtieron en auténticas cascadas. El balcón de una casa que teníamos a 50
metros se convirtió en refugio improvisado, donde esperamos a que pasara lo
peor de la tormenta.
Ya
sin lluvia, pero empapados y con mucho frío, comenzamos la bajada desde Caro.
Seguimos
la pista asfaltada al principio, y de tierra después, que atraviesa la Vall de
Carlares, manteniendo el nivel de los 1000 metros durante unos 8 kilómetros,
hasta pasado el desvío de Masos de Carlares donde cogemos el camino que en
subida ya nos llevará hasta el Coll de Navic a 1166 metros de altitud.
Un
par de kilómetros después, manteniendo la altitud, conectamos con el GR-8 y
pasamos por el Coll Roig.
Ahora
circulamos por senderos y trialeras siempre perdiendo nivel, los primeros
kilómetros con suavidad, y algún tramo peligroso, siguiendo el llamado Camí de
Tortosa, que poco tiene de camino.
Los
últimos kilómetros son realmente difíciles, descendemos casi 600 metros en poco
más de 2 kilómetros por una trialera muy pedregosa, donde ponemos a prueba
nuestro temple y el chasis de las bicicletas. Los pedales van dejando recuerdo
de nuestro paso en la pared de roca, y estas a su vez trazan pequeñas
cicatrices en la pintura de nuestras máquinas, en una lucha dura pero noble.
Las
vistas de la Mola de Sant Miquel a nuestra izquierda, cuando hacemos una
pequeña parada sobre el Barranco del Racó de Guera, es espectacular, y
reconfortante cuando ya observamos el final del sendero hacia el Barranco de
las Marrades.

Cuando
llegamos a la pista que lleva de Beceite a la zona del Parrisal, el sol hace
rato que desapareció del horizonte, aunque aún tendremos luz de sobras para
recorrer los últimos cinco kilómetros hasta entrar de nuevo en Beceite por el
valle del río Matarraña.

13-06-2015
BECEITE – TOSSAL DELS TRES
REGNES – BECEITE
Son
las 7 de la mañana y llueve.
Aún
estamos sentados a la mesa, acabando de desayunar, y el cuerpo nos pide más
descanso, pero la ruta nos espera y no podemos demorarnos si queremos estar de
vuelta para la hora de comer.
Nos
espera una de las subidas más duras de esta zona, muy larga, unos 24 km hasta
coronar el Tossal dels Tres Regnes, con algún descansillo, pero también algunas
rampas duras.
Tenemos
suerte, porque antes de comenzar a pedalear ha parado de llover, aunque el
cielo continúa encapotado y amenazador.
Salimos
de Beceite por la pista que sube por el río Matarraña, hasta unos 4 km. donde
cogemos el desvío a la derecha que nos hará ir en constante subida por el
camino de La Sènia.
Los
primeros kilómetros son de dura pendiente, hasta iniciar una ligera bajada que
nos hace pasar por el río de Formenta, donde atraviesa Els Estrets de Marraixa,
zona de enormes paredes de piedra a las
que ha ido dando forma durante millones de años.
Después
de este descansillo vienen más rampas en larga subida hasta el Coll de la Creu
a 1.236m.
Seguimos
la pista y antes de llegar a Fredes nos desviamos a la derecha, y un par de
kilómetros después, justo al coronar el Coll de Tombadors, nuevo desvió de 360 grados a la derecha, que
nos llevará a las últimas rampas para coronar la cima del Tossal dels Tres
Reis, punto de unión entre las tierras de Cataluña, Aragón y Valencia.
Justo
antes de coronar, el sol tímido que nos acompañaba durante los últimos minutos
deja paso a una suave niebla acompañada de fuerte viento. Son las nubes bajas
que defienden el Tossal dels Tres Reis, que nada más iniciar la bajada dejamos
atrás rápidamente.

Seguimos
bajando por pista de la zona de La Maçanera, y en la curva que llega hasta el
mas del mismo nombre cogemos una trialera pedregosa y muy técnica, que durante
unos dos quilómetros nos permite descender más de 200 metros de desnivel, hasta
llegar a la parte baja del río Pena.
Aquí
ya por la pista que baja rodeando el pantano de Pena y luego por asfalto hasta
Beceite.

BECEITE – VALDERROBRES – EL
SALTO
Hoy
haremos una excursión corta.
Salimos
de Beceite pasadas las seis de la mañana. Aún el sol no ha salido, pero hay
suficiente luz para comenzar a pedalear.
Bajamos
por la carretera en dirección Valderrobres, y a unos 4 quilómetros nos
desviamos cogiendo la pista de la izquierda que nos llevará a Valderrobres, igual
que la carretera pero por un camino que va enlazando granjas hasta cruzar el
Matarraña antes de volver a subir hasta el pueblo.
Cruzamos
Valderrobres y cogemos la cuesta que lleva hacia la ermita de San Cristóbal, de
fuerte pendiente al principio.
Cogemos
el desvío hacia la ermita, pero seguimos por la pista hacia la Masía de la
Cuesta durante unos dos quilómetros.
La
noche anterior llovió fuerte, y los caminos, que a veces son de tierra
arcillosa, están impracticables con tramos donde perdemos toda la tracción, y
los neumáticos de las bicis parecen roscos de chocolate fundido.
El
camino acaba después de varios cruces, en tramo de sendero bastante tapado y
complicado por las lluvias, que nos lleva a cruzar por el barranco de La
Magdalena.
Después
de cruzar el barranco cogemos la pista a la derecha que lleva a la masía dels
Violins, y poco después el camino muy roto llega hasta el río Tastavins. La
pista desaparece en el mismo río, que hemos de cruzar descalzándonos.
Cruzamos
el río y poco después llegamos a la hermosa cascada El Salto.
Después
de las fotos de rigor continuamos la ruta, pero nada más reiniciar una avería
nos obliga a tomar la decisión de volver a Beceite por carretera.
Aquí
acaba la aventura de Teruel por este año.